Orifén fusiona sutilmente la raíz de "Oro" con la evocación del Ave Fénix, creando un nombre propio, memorable y potente que sugiere renovación, poder y un brillo eterno. Fácilmente pronunciable, no es descriptivo ni genérico, y evita referencias directas a palabras comunes del sector o elementos técnicos, aportando una identidad distintiva tanto en el mercado local como internacional.

Nuberi es un nombre abstracto, sofisticado y sin relación directa con lenguajes conocidos o términos descriptivos del rubro. Evoca ligereza, elegancia y altura, remitiendo imaginariamente a lugares elevados donde solo las grandes joyas resplandecen, con guiño sutil a la exclusividad y a una sensación de pertenencia selecta, sin caer en expresiones genéricas.

Velari toma distancia de cualquier término común y crea una palabra única de sonido elegante y resonancia dorada. El nombre es evocativo, fácil de recordar y sugiere una narrativa visual de brillo, suavidad y sofisticación atemporal, conjurando tanto lo visible (la joya) como lo invisible (el poder y empoderamiento que da portar algo único).

Auréon amalgama la idea de aureola, luz dorada y la raíz fonética de 'oro', sin llegar a lo descriptivo. Es memorable, sugerente y transmite sensación de magnificencia y poder, alineando perfectamente la joyería a un plano casi celestial y empoderador, sin referencias directas al producto.

Fidero es un neologismo elegante que combina sonidos evocadores de fidelidad, confianza y nobleza, sin aludir directamente a la joyería, oro o cualquier término técnico o geográfico. Se presenta como un símbolo de confianza y empoderamiento, diferenciándose de expresiones convencionales o descriptivas del rubro.